sábado, 21 de septiembre de 2013

"Adrian y Yo". El Testimonio de Nuestra Hermana Leticia Concepción Gaete sobre su encuentro con otro de nuestros hermanos




Adrián y yo.


Recuerdo el día que lo conocí.
Tenía en sus ojos el brillo de la nueva vida. La nueva lucha.

Adrián Martínez Moreira, nieto recuperado, hijo de fuertes militantes sociales estaba sentado frente mío para llorar en silencio la misma historia que en mi familia era casi desconocida.

La Masacre de Once mató a Pablo Zanotti su compañero de años, mató también a Darío Celle el padre de mi hija. Ese fue nuestro punto de encuentro.

Me convocó para hablar de Juan Bautista Gaete, militante del PCP ( Partido Comunista Paraguayo). Le conté lo poco que sabia. Lo poco que mi abuelo JuanB trataba con mi viejo y mis tíos con el fin de protegerlos de la dictadura que lo llevo a recorrer varias fronteras buscando protección. Buscando seguir la lucha que nos libertaria de la dictadura.

Juntos, comenzamos una larga tarea por encontrar a mi abuelo. Y terminamos descubriendo que siempre estuvimos juntos.

Ayer, entre café y charlas, me contó que encontró la casa en donde vivían sus padres. De donde fueron capturados. Una vecina de la casa, le contó que también vivía un hombre mayor allí, al cual llamaban JuanB. Aparentemente fue el último lugar en donde estuvo mi abuelo. Todo esto en Misiones, en el año 1976.

Los ojos me ardían ansiosos de llorar. Adrián y yo, estábamos destinados a cruzar nuestras vidas y tras eso descubrir que nuestras familias se unieron bajo el mismo techo, del cual desaparecieron. En el Registro Civil de Misiones no se encontró ninguna partida de defunción de mi abuelo. No existe registro de su pasar por allí.Sin embargo el día que se despidió de sus hijos dijo que iría como campesino que era, a trabajar el campo en esa provincia. Me imaginaba su cuerpo flotando en las aguas turbulentas del Paraná, abrazado al agua, aferrado a la lucha que tanto defendió. En mi familia nunca nadie quiso saber en donde estaría, me toco a mi,tomar la titánica labor de emprender su búsqueda. Quizás sea mi misión. Quizás esta rebeldía natural en mí, el sentido de lucha, estaba destinado porque en mi sangre JuanB sigue vivo. Ahora entiendo cual es mi conexión con la militancia de izquierda, cual es mi destino.

Con Adrián nos emprendimos en la búsqueda de algún documento que conecte a mi abuelo con mi presente… así se empezaron a librar oficios con el fin de mover documentaciones que me den un paradero estimado de donde estarían sus restos.

En mis manos esta el libro con la historia de varios militantes en Misiones, se titula: “Misiones, Historias con nombres propios”, tengo el primer tomo y Adrián el segundo, buscamos en sus hojas encontrar algún dato que nos lleve a mi ascendencia, esa rebelde ascendencia que me trajo a este mundo.No puedo leer este libro sin llorar, sin pensar en el sufrimiento silencioso de mis tíos, cada vez que las Fuerzas de Seguridad invadían la casa, rompiendo,hurgando, buscando al “extremista”, llenando el aire de muerte, de terror, de miseria.

En la madrugada sin dormir, pensaba en como la vida sigue un curso lógico en su estructura. Mi abuelo se quedaba poco tiempo con la familia,con el fin de protegerlos, y aunque varias veces entraron en casa, aquí en Lanús buscándolo, salimos intactos. El cuidado de Tata JuanB, hizo que la mujer hoy escribe estas líneas, pudiera contar su historia. Y herede su lucha.

Aun vivimos en un sistema oligarca y corrupto, aun siguen desapareciendo compañeros como Julio López, como Mariano Ferreyra, trabajadores,familias, como en la Masacre de Once y Castelar, aun seguimos luchando contra un sistema opresor y capitalista… la diferencia es que podemos decirlo abiertamente.

No podemos elegir el pasado, pero podemos amar aquellos quenos inculcaron y conforma parte permanente de nuestra historia.

Y yo, amo quien soy.

Quizás las palabras de Rabindranath Tagore un erudito bengalí,ganador del Premio Nobel de Literatura en 1913, lo exprese mejor:




“Yo dormía y soñaba

Que la vida era alegría

Desperté y vi.

Que la vida era servicio

Serví y vi.

Que el servicio era alegría”

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